Confesiones de una “Mamá Homeschool”

Proceso de desescolarización (de una mamá)

laura.vegarangel

7/29/20216 min read

Todo comenzó cuando la palabra “Homeschool” se cruzó en mis lecturas de internet, la leí, brilló como el cristal roto que se te cruza en la calle y te lanza una luz directo a la pupila, me obsesioné,  busqué y releí blogs, “Trataré un año”,  pensé; ¿qué es lo peor que puede pasar?

La escolarizada dentro de mí de la cual he sido víctima durante años, en la escuela, en los trabajos que he tenido, en mis relaciones… Esa escolarizada que me pone 5 cuando no me esfuerzo suficiente, la que me reporta con el director cuando rompo las reglas, esa escolarizada me llevó a una investigación de ¡1 mes! antes de lanzarme, yo, administradora y mercadóloga de primera formación, hice todo un plan, uno con metas, objetivos, indicadores de desempeño y hasta una investigación de mercado… y luego a presentarla, ¡había que presentarla a alguien! siempre hay que presentar a alguien tu trabajo y que ese alguien te diga si “está bien” que te ponga tu 10 y tu estrellita en la frente, busqué algo así como la “Asociación Internacional del homeschooling” y claro, no la encontré, encontré decenas de páginas que hablaban de ello… así que por supuesto pensé en crear mi propia red y así nació Homeschool Querétaro escuela en casa. “Querétaro” claro, porque “internacional”, ¿cómo? nadie me había dado tal “certificación”.

El proceso de desescolarización no estuvo duro sino tupido, primero mis hijos parecían candidatos perfectos a indigentes, al no querer hacer nada, pues estaban entrenados por años a que les dijeran qué hacer (al grado de qué libro sacar, dónde ponerlo y qué página abrir), qué vestir, qué comer e incluso hasta a qué hora podían ir al baño, ¡claro! yo esperaba que pudieran tomar una decisión de “qué aprender” el mismo día que comenzamos… en el cual, me puse mi pantalón de “docente”,  me relamí el pelo, puse una mesa y una silla para cada uno en un salón que armé en mi casa, ah! y un pizarrón… claro, eso seguramente les dió una clara idea de que las cosas serían diferentes… ¡Cómo no!

Según yo, un día mientras corría para sacar toda mi ira, pensaba: ¿en qué momento había tenido unos hijos tan flojos, egoístas y desinteresados?, ¿cómo iban a sobrevivir en este mundo “de competencia” del que me habían hablado tanto sus profesores en la escuela y de “la jungla” que es el mundo según muchos de mis conocidos? recuerdo haber soltado una lagrimita de “Remi”, porque claro, los niños siempre son el problema, (nos repiten todo el tiempo) incluso cuando llegan las vacaciones se dejan venir en los celulares los memes de maestros felices y padres llorando, y cuando terminan las vacaciones ¡al revés! por eso estamos como estamos…

Analizar el programa nacional fue mi primer gran hallazgo, porque claro, seguro que a un niño de 7 años, le importa sobremanera el porqué la expropiación petrolera sucedió y seguro será lo que le haga ganarle la “carrera” a un compañero…   

Pasaron dos años  (muy desescolarizada según yo, pero seguía entrenándolos para pasar el examen de la SEP, el cual cuando aprobaban, yo moría de ganas de postearlo en el face y ponerle un gran letrero de “¡en tu cara!” a todos mis detractores…  detractores, tenía muchos…

Frases mas comunes de los detractores:

Y LA CERTIFICACIÓN?  cómo va a sobrevivir en esta jungla de asfalto?

Y LA SOCIALIZACIÓN? ( porque que te sienten al lado de un niño de tu misma edad, estrato social, y horario para jugar con reglas bien establecidas es mucha socialización, claro! )

Ahora si, ¿ya lo vas a inscribir a la escuela “normal”?

“Si lo haces por dinero, nosotros podemos prestarte para que ya no le hagas eso al niño”.

¿Eres maestra? (preguntado por gente de mi generación universitaria)

Pasé por el HS , el flexischool, el Unschool, el worldschool, el punkrockschool, todo lo que se me atravesara para que alguien me dijera qué hacer… incluso cuando mi pareja no daba “aprobación” de lo que estaba yo logrando con los niños, me ponía cual fiera y las peleas estaban a la orden del día: (canción: “qué ganas de no verte nunca más”, de fondo).

Un día, así como aquel vidrio brillante en el piso que deslumbró mi pupila, alguien hablo de los patrones de escolarización (aaaaahhhhhhhhh, música angelical de fondo), esos méndigos patrones invisibles que regulan todo lo que hacemos…. ¡todo! en todas partes y que son tan invisibles que damos la culpa a otras personas o circunstancias…

El primero que me resonó fue: “la necesidad de Validación externa”,  ¿necesidad?  ¡adicción! diría yo, los hijos de los likes lo pueden probar, por cierto, ¿me dan un like en mi página?

El segundo, “el premio y el castigo” ¿es qué todo funciona así que no? en serio hay otra manera?  pero si así me formaron mis padres y mis maestros, y mírenme, ¡qué bien estoy!,    no salí mala gente ¿o si?... Cuando oí la palabra “COLABORACIÓN” dije: ¿en serio?, ¿con un niño candidato a indigente eso funciona?  ¡hippies! claro que no, lo que pasa es que no les importa el dinero, ni la moral, ni el desarrollo social, claro, viven de frijoles, tortillas y calabazas… her- vi- das.   

¿Cómo he logrado colaboración?, es tema de un stand up, uno donde si me paguen lo que le pagarían a la Sofía niño de Rivera, ¡por lo menos!.

Y las arquitecturas invisibles… la piramidal, la holomidal…. ¿holo qué? preguntaba yo, eso sí me llevó más tiempo, oí mi cerebro crujir cuando lo entendí, ¿neta? ¿seguimos viviendo en una estructura triangular que lo determina todo?, ¿neta? aquí hay truco… pero si no es el triángulo de mando, ¿entonces que? no manchen, en ese momento ¡me volví vegetariana! más vale, porque ese camino ya no tiene retorno.

Solo en la escuela se aprende, en horario de 7 a 2, la película que vió en el cine, la receta que le enseñó la abuela, la plática que escuchó con tus amigas, la pelea que te aventaste con tu pareja anoche… no, de eso ya no aprendió nada, ¡ya no era horario!.  ¿Entonces esos niños aprenden todo el tiempo de todo? ¡Qué nervios!,  ¿a poco hasta debo cuidarme de lo que hago y digo? ¡pero si yo soy la mamá! yo puedo hacer lo que quiera, ¡qué falta de respeto!

Los demás patrones ya ni se los cuento, nos pondríamos a llorar y, “estamos chupando tranquilos”.

Prefiero resumirles las frases que me han dicho en los acompañamientos de desescolarización, auténticas pepitas de oro:

“Mi esposo es muy bueno, a veces hasta me ayuda con los niños”

“Ya no quiero que mis hijos vayan a la escuela, ya no hay valores ni respeto, en casa por lo menos, me aseguro que estudien, limito lo que ven, lo que escuchan, y, mi esposo está super involucrado, si se portan mal, pone orden, hasta los castiga, aunque veo que le duele a él también”.

“voy a sacar a mi hijo de la escuela, cobran un dineral y soy yo la que les enseña en la tarde cuando hacemos la tarea, así me ahorro ese dinero”

“Voy a sacar a mi hijo de la escuela, veo que los que no fueron se volvieron genios!” (Steve Jobs, Mark Zuckerberg)

“En la escuela son muy machistas, ya quiero sacar a mis hijos,  solo tengo que convencer a mi esposo”

Mamá con licenciatura:   “yo desescolarizaría a mi hijo, pero la verdad ya en los temas de la secundaria yo no podría enseñárselos”.yo: “tal vez él podría arreglárselas solo” ella:  ¿cómo crees?,  ¡ya te perdimos amiga!

“Yo sacaría a mi hijo de la escuela, pero no creo que podría pasar tanto tiempo con él”

"Sí, hay bullying en la escuela de mi hijo, la neta, pero tiene que hacerse fuerte no?"

“Digan lo que digan, si no sabe leer y sumar a los 6 años, no la va a hacer en la vida” "si el homeschool me garantiza eso, entonces, me animo."

Ya han pasado varios años desde que esta aventura comenzó, a mí como madre es a quien mas tiempo le ha tomado recomponerme, deconstruirme y volverme a construir, no ha sido “miel sobre hojuelas” tampoco voy a mentir, pero sin duda ha valido la pena, la colaboración ha dado sus frutos poco a poco y en los congresos de educación autodirigida hemos conectado con gente muy valiosa, con herramientas ágiles hemos podido avanzar.